Regreso a casa de la Selección Mexicana
Tras la derrota ante su similar de los Estados Unidos, la prensa aliada de la Liga Mayor se encargó de enaltecer el espíritu indomable del equipo y el gran esfuerzo que habían realizado.
Se destacó que la talla física y corpulencia de los norteamericanos había marcado la gran diferencia.
Otros culparon al arbitraje señalando que Antonio Azpiri había sido expulsado por una jugada, (barrerse con ambos pies por delante), que en México era perfectamente legal.
Sin duda los expertos mexicanos desconocían que esa jugada era muy sancionada en el ámbito internacional.
Se trataba de crear una cortina de humo para que los aficionados mexicanos no se sintieran defraudados y perdieran el interés en el futbol nacional.
Pero al correr de los meses y de los años, se conocerían las verdaderas razones de aquella derrota.
Pésima Organización
Desde el momento en que los dirigentes del futbol mexicano se toparon con que debían enfrentar un nuevo encuentro para clasificar al mundial, la planeación fué pésima.
El largo viaje, las malas condiciones de alojameitno y no contar con partidos de preparación pasaron factura.
Es cierto que al vencer a Cuba se había obtenido el boleto al mundial y la preparación iba a ser diferente.
[sam_pro id=0_1 codes=”true”]
La sorpresiva “reclasificación” mostró que el futbol mexicano estaba muy desorganizado y que el manejo del dinero no fué precisamente ejemplar.
Mientras en México se disputaba el torneo 1933-1934, el equipo de los Estados Unidos se concentraba para una preparación completa y dispuso las mejores condiciones para el traslado y alojamiento de sus atletas.
En una época donde no había videos para espiar a los rivales ni visores que atestiguaran el funcionamiento del rival, en México se aferraron a la idea de que los yanquis no eran los mismos que en Uruguay 1930.
Se especulaba o se deseaba que el equipo de las barras y las estrellas fueran un equipo más débil que Cuba
En fin, con un pésimo itinerario, una logística fatal y un otal desconocimiento del rival, México se lanzó a la aventura esperando que las ganas y la inspiración resolvieran todo.
Los jugadores ricos y pobres
Tiempo después de la derrota salió a la luz la falta de compañerismo e integración del grupo.
Mientras algunos jugadores llevaban dinero para hacer turismo y conocer las maravillas de Roma, otra buena cantidad de ellos se tenía que adaptar a comer lo que hubiera, pasear por las calles y mirar de lejos.
Ni los directivos ni el entrenador se preocuparon por atender a sus jugadores y la brecha se hizo más amplia.
Algunos jugadores se dieron vuelo durante la travesía a Europa disfrutando de los espectáculos y salones de juego del barco mientras otros trataban de conciliar el sueño en pequeñas literas.
A algunos periodistas italianos les llamaba la atención que los jugadores mexicanos salían en pequeños grupos, a diferencia de los norteamericanos que iban juntos a todas partes.
Adicionalmente, las condiciones de entrenamiento fueron pésimas.
Algunos jugadores llegaron con sobre peso, otros con molestias musculares y el lugar de entrenamiento era un verdadero potrero.
Jugadores Arrestados
Para darnos una idea del desorden que privaba en la delegación mexicana , les comento una historia que me parece ejemplificadora.
Juan Carlos Vargas, autor del libro “Fernando Marcos, ayer, hoy y siempre”, relarta que un par de días antes del partido desicivo Luis “Pirata” de la Fuente y Fernando Marcos salieron a caminar y se encontraron con una marcha de los “Camisas Negras”.
A los jugadores se les ocurrió la puntada de meterse en el tumulto y comenzaron a gritar consignas en contra de Mussollini.
Alguien entendió lo que decían y los acusó, llegando pronto la policía y se los llevaron detenidos.
Nadie en la delegación sabía que había pasado y pensaron que los jugadores se habían ido de juerga.
Gracias a la intervención del cuerpo diplomático mexicano en Roma, los jugadores salieron, pero se perdieron el partido.
Así como esta anécdota sucedieron otras que nunca se comprobaron como aquella que se contaba sobre un tórrido romance de Juan Carreño con una italiana que lo llevó a perder algunos entrenamientos.
Estaba claro que la delegación mexicana no tenía ni pies ni cabeza.
Se Acaba el Dinero
Tras la eliminación, el equipo se encontró sin dinero para pagar su boleto de regreso.
Supuestamente el Comité Organizador de la Copa del Mundo Italia 1934 había entregado el dinero para el viaje y la estancia del seleccionado, pero el dinero no aparecía.
Se decía que los boletos para el viaje de regreso si se tenían, pero que eran para el día siguiente de la final de la copa.
La selección mexicana enfrentaba el problema de tener que obtener dinero para mantener su estancia hasta el regreso y para ello, se buscaron algunos partidos amistosos.
No resultaba sencillo conseguir rivales y sobre todo, que alguien quisiera contratar a una selección eliminada para disputar encuentros de pretemporada.
De alguna manera, se consiguieron cuatro encuentros y gracias a ello, solventaron los gastos.
Partidos Amistosos
Los dos primeros partidos conseguidos se disputarían en Suiza.
El 30 de mayo, la selección mexicana empataba a un gol con el Kreuzlingen y un día después, con otra alineación cayeron ante el BSC Young Boys por 2 a 1.
Justo cuando apretaba el dinero de nueva cuenta, conseguían un partido en la ciudad de Rotterdam, Países Bajos y el equipo mexicano logró la vistoria ante el Sparta por un gol a cero.
La desesperación cundía en las filas mexicanas y los problemas entre los jugadores aumentaban.
Finalmente el 16 de junio enfrentaron en Gijón a una Selección Asturiana que los derrotó por 5 a 2, marcador claro pero que sería la base para que Luis dela Fuente y Carlos Laviada fueran contratados para jugar en el futbol español.
Tras un largo viaje de regreso que a algunos jugadores les pareció eterno, por fin se daba el regreso a casa de la selección mexicana.
A pesar del secretismo y las amenazas a los jugadores por parte de los directivos, muy pronto se conocería la verdad.
Consecuencias
Conforme se fueron haciendo de conocimiento público las revelaciones de jugadores y periodistas independientes, una creciente hola de indignación comenzó a generarse.
Los dirigentes que acompañarpon al equipo señalaban la falta de profesionalismo de los jugadores, culpándolos de todo.
El entrenador nacional, Rafael Garza “Récord”, se sumergió en la preparación de su equipo, el América, alejándose de los reflectores.
Una de las consecuencias inmediatas resultaría en la negativa de equipos como Necaxa, España y Atlante en prestar a sus jugadores para cualquier selección.
Se abrieron viejas heridas a consecuencia de la fallida aventura, pero como siempre, los genios del futbol mexicano encontrarían una salida.
La Historia del Futbol en México Continúa